90 recetas a mis 90
Noticia -23/10/2015
El nuevo recetario de la Cofrade Giuliana Arioli de Calvo-Sotelo
“Martina, mi madre, gran cocinera y gran maestra, fue el origen de mi amor a la cocina. Me metió en los fogones a mis 16 años; tengo cerca de 90 y todavía no he salido de ellos”. Este es el preámbulo del nuevo recetario de Giuliana Arioli de Calvo-Sotelo, colaboradora de la Cofradía de la Buena Mesa y una extraordinaria cocinera.
En este libro, explica, casi todas las recetas son fáciles de hacer “hay solamente tres complicaditas: la pasta con pescado, las hojas de col con perdices y la mousse de carabineros”; están calculadas para seis personas y, aunque predominan las italianas, aparecen otras como el guacamole mexicano, el hummus del Magreb o el ceviche de mero.
Para quienes no estén aún seguros de “ponerse manos a la obra”, Giuliana incluye un apartado de aclaraciones y consejos (como añadir aceite a la mantequilla para sofreír es un truco útil para que nunca llegue a quemarse) y un breve diccionario.
A sus casi 90 años, confiesa: “Me sigue divirtiendo inventar; me sigue picando la curiosidad”.
“Martina, mi madre, gran cocinera y gran maestra, fue el origen de mi amor a la cocina. Me metió en los fogones a mis 16 años; tengo cerca de 90 y todavía no he salido de ellos”. Este es el preámbulo del nuevo recetario de Giuliana Arioli de Calvo-Sotelo, colaboradora de la Cofradía de la Buena Mesa y una extraordinaria cocinera.
En este libro, explica, casi todas las recetas son fáciles de hacer “hay solamente tres complicaditas: la pasta con pescado, las hojas de col con perdices y la mousse de carabineros”; están calculadas para seis personas y, aunque predominan las italianas, aparecen otras como el guacamole mexicano, el hummus del Magreb o el ceviche de mero.
Para quienes no estén aún seguros de “ponerse manos a la obra”, Giuliana incluye un apartado de aclaraciones y consejos (como añadir aceite a la mantequilla para sofreír es un truco útil para que nunca llegue a quemarse) y un breve diccionario.
A sus casi 90 años, confiesa: “Me sigue divirtiendo inventar; me sigue picando la curiosidad”.
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