Aunque la oferta de vinos de los restaurantes empiece a ampliarse (lo ha comprobado el autor en un recorrido de Madrid al norte de España), aún falta un(a) sumiller, un(a) camarero(a) que atraiga al cliente hacia los vinos menos conocidos. La carta todavía se deja sobre la mesa y se espera a que sea el cliente quien escoja, cuando resulta mejor si recibe una ayuda “discreta e informada”.
 

La Costa Blanca es uno de los destinos turísticos preferidos en la península, no solo por sus estupendas playas sino por su cocina mediterránea. Algunos de los mejores exponentes del producto local, la tradición y la vanguardia son, entre otros, Peix i Brases, Quique Dacosta, Casa Cantó o La Finca.
 

“El gintonic ya ha desaparecido, ya es otra cosa; el gintonic se ha convertido en una ensalada”, advierte el autor, quien reivindica los vasos de tubo, una ginebra “normalita”, una rodaja de limón, la tónica de siempre y un precio medio de cinco euros. 

El presidente de la Real Academia de Gastronomía visitó Tickets y El Celler de Can Roca, ambos en Cataluña. Del primer restaurante destaca, además de platos como la pizza, su impecable servicio, al que compara con la mejor sinfonía. Del segundo, el mejor del mundo, subraya la creatividad de los hermanos Roca en la ejecución de platos como el cochinillo ibérico o el cromatismo naranja.

Santceloni, restaurante con tres soles Repsol y dos estrellas Michelin, presenta sus nuevos platos para los meses de calor, en los que priman los sabores frescos. Entre ellos, una ensalada de tomate y bonito con aroma de manzana y eucalipto, las cigalas con lechuga y hierbas aromáticas o los calamares salteados con verduras escalibadas y curry.  
 

La quinua es el nuevo gin tonic, dice la autora, por su omnipresencia desde hace miles de años (sobre todo en las mesas incas). Este “comestible maná” se ha incluido en la dieta de los astronautas; es rico en proteínas, grasas cardiosaludables, fibra, Omega 3, minerales, vitamina E y no contiene gluten, por lo que es apto para celiacos.
 

Al ser los huevos de los alimentos más sensibles a la contaminación y multiplicación de bacterias, es recomendable prestar atención a estas recomendaciones: guardarlos en la nevera a una temperatura de entre 1º C y 10º C, evitar los saltos térmicos (sobre todo de frío a calor), no lavarlos y, antes de consumirlos, desechar los que estén sucios, rotos o agrietados. 

Además de ser un plato caliente, la pasta también se puede comer en épocas de calor pero en su versión ensalada. Cuenta la periodista italiana que su preferida es la de pasta corta, tomates cherry, mozzarella, aceitunas en rodajas y albahaca. La ventaja de esta receta es que se puede preparar unas horas antes de comerla.
 

Dado que España es uno de los principales consumidores de pescado, los autores han elaborado una clasificación con algunos de los restaurantes para tomarlo. Entre ellos: D’Berto, Güeyu Mar, Elkano, Rías de Galicia, La Sirena, Alhucemas, El Campero, O’Pazo o Casa Fernando.