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Sello ibérico
Una pata trasera de un cerdo curada en sal es un jamón. Pero para que sea ibérico debe, ineludiblemente: venir de cerdos de raza ibérica (con un pelaje entre bermejo y negro), haber sido criado en montaneras (grandes superficies de terreno plantadas de encinas y robles), haber comido bellotas (el fruto de ambos árboles) y haber almacenado su grasa en los músculos. Esto último se debe a sus eternos paseos por el campo.
En España hay 4 Denominaciones de Origen: D.O. Guijuelo (donde se elabora más del 65 % del jamón y el resto de chacinas de cerdo), D.O. Jamón de Huelva, D.O. Los Pedroches y D.O. Dehesa de Extremadura (con la superficie más extensa dedicada a la cría del cerdo ibérico). En cualquiera de ellas los animales se sacrifican a una edad cercana al año y medio y se salan y curan en secaderos por más de 40 meses. La mejor armonía del jamón ibérico es un fino andaluz, aunque también va muy bien con una cerveza con cuerpo o un tinto con poca madera.
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