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Cocina al vacío
Poder envasar alimentos al vacío ha posibilitado nuevas técnicas de cocina que van más allá de la simple preservación de un producto. Técnicas que permiten trabajar a bajas temperaturas, así como preservar los sabores y jugos.
Cuando se envasa al vacío el alimento queda cerrado en un envase hermético y termorresistente, sin aire, listo para cocer a una temperatura constante y baja (nunca superior a 100°) durante largos periodos de tiempo. El producto se cocina sin perder aromas y jugos con la evaporación, consigue un marinado si se añaden especias, licores o vino, por ejemplo, tiene menor merma que si se asa por métodos tradicionales y posibilita tener raciones que se conservan en el tiempo y listas para rematar antes de llegar a la mesa.
Una vez cocinado hay que pasarlo a frío de forma rápida e inmediata y se puede recuperar al baño maría, al horno, al vapor, en una sartén o freidora… Carnes, pescados, mariscos, verduras, patés o frutas son susceptibles de cocinarse por este técnica que, gracias a las envasadoras domésticas, también ha llegado a las casas.
Cuando se envasa al vacío el alimento queda cerrado en un envase hermético y termorresistente, sin aire, listo para cocer a una temperatura constante y baja (nunca superior a 100°) durante largos periodos de tiempo. El producto se cocina sin perder aromas y jugos con la evaporación, consigue un marinado si se añaden especias, licores o vino, por ejemplo, tiene menor merma que si se asa por métodos tradicionales y posibilita tener raciones que se conservan en el tiempo y listas para rematar antes de llegar a la mesa.
Una vez cocinado hay que pasarlo a frío de forma rápida e inmediata y se puede recuperar al baño maría, al horno, al vapor, en una sartén o freidora… Carnes, pescados, mariscos, verduras, patés o frutas son susceptibles de cocinarse por este técnica que, gracias a las envasadoras domésticas, también ha llegado a las casas.
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