“Mi alegría de vivir está muy presente en mis platos”
Noticia -09/02/2017
MARÍA MARTE, CHEF DEL CLUB ALLARD
Todos nos quedamos con la boca abierta cuando María Marte cuenta la historia de su vida. Llegó a España en 2003 desde República Dominicana y comenzó su andadura fregando en El Club Allard. A partir de ese momento comienza su escalada meteórica para llegar a lo más alto de la gastronomía. Marte es hoy Premio Nacional de Gastronomía a la Mejor Jefe de Cocina 2014 y ha conseguido para El Club Allard dos estrellas Michelin, en 2007 y 2011. ¿Cómo lo ha conseguido? Ella apunta a muchísimo trabajo y esfuerzo, junto a un gran afán de superación. Nosotros añadimos a la ecuación un talento desbordante y una gran creatividad.¿Qué come una gran chef cuando llega a casa?
Como de todo y disfruto muchísimo de la comida casera. Me encanta el gazpacho, la tortilla de patata o la paella. De la comida de mi país me quedo con el sancocho y con el picapollo, un plato callejero a base de pollo marinado con mucho ajo, orégano, sal y limón, que se empana y sirve con plátano frito. Una delicia.
¿Qué fue lo que más te sorprendió de la gastronomía española cuando llegaste a este país?
Me encantó la forma en la que se vivía la gastronomía. Me enganchó que incluso una simple caña se sirviera con una tapa al lado. Me parecía tan original. El español nació con la buena comida y la vive intensamente. Forma parte importante de su vida, así que le acompaña cuando viaja, cuando lee y casi en cualquier momento.
Conozco a muchos españoles que ahorran años para permitirse el lujo de ir a un restaurante top. Eso me llama la atención a mí, y a otros muchos que no han nacido en este país. Es una bella cultura.
¿Estas cansada de contar la historia de tu vida una y otra vez?
Cuando siento que me aburre volver sobre ella aparece alguien que me dice que soy su inspiración y que lo a mí me pasó le motiva para seguir adelante. Alguien que me dice, no dejes de contarlo, María, porque a mí me has ayudado mucho. Eso me llena de ánimo y de valor porque creo que es importante apoyar a otros en los momentos que vivimos, aunque solo sea contando lo que ha sido mi vida. Lo que me ha pasado a mi puede ser un refuerzo positivo para los que creen que todo está perdido y que no pueden alcanzar lo que están buscando, por eso creo que no me cansaré nunca de contar mi historia. Además estoy muy orgullosa de ella.
¿Te trazaste un plan para conseguirlo?
Siempre tuve presente que quería crecer en lo profesional. Cuando comencé fregando platos estaba contenta porque eso me permitía estar en una cocina, aunque no estuviera cocinando. Yo sabía que no me iba a pasar la vida limpiando. Aspiraba a más.
Siempre he tenido mucha confianza en mí misma, que es un gran punto a favor para conseguir tus propósitos. Cuando crees firmemente en ti lo único adicional que necesitas es trabajar mucho. Con uno y con otro de tu parte siempre va a ver alguien que se va a fijar en ti y que se va a dar cuenta de que tú vales.
¿Cocinamos como somos, María?
Yo creo que sí, que cuando te sientes triste la comida no es lo mismo. Creo que mi alegría de vivir está muy presente en mis platos, o eso me han dicho mis clientes en muchas ocasiones. Soy una persona de sonreír mucho y de mantener la sonrisa aunque las cosas no vayan bien. Y creo que eso se traduce en platos con colores muy vivos y con mucho sabor.
¿Cómo es tu cocina?
Procuro que sea sencilla pero elegante, una cocina sincera que respete y mantenga el producto. Los platos han de ser estéticamente bonitos y han de entrar por los ojos pero mantengo el foco, sobre todo, en el sabor.
¿Te has sentido discriminada en la cocina alguna vez por tu origen o por ser mujer?
No, siempre he tenido la autoestima muy alta así que creo que si ha pasado alguna vez ni me he enterado (risas). Cuando salgo y me junto con mis colegas, que son todos hombres, me siento la reina del circo. Me tratan genial y me lo paso muy bien con los chicos.
Tú eres 100% autodidacta, ¿cuáles crees que son las ventajas y las desventajas de serlo?
La principal ventaja es que cuando alcanzas la meta te dices a ti misma que lo has conseguido por tu mérito, por tu trabajo, por tu entrega y por tu pasión. Al final del camino tienes una enorme sensación de logro. Siempre va a haber alguien que te haya empujado, una especie de tren que haya pasado y al que te hayas subido a tiempo, pero el logro es básicamente tuyo.
También hay inconvenientes, ¡vaya si los hay! Cuando me preguntan dónde he estudiado cocina no puedo citar ni a Le Cordon Bleu ni a ninguna otra escuela de gastronomía. Yo estudié pastelería en mi país y eso aquí no me servía de nada.
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